Museo del Abanico: EL LENGUAJE DEL ABANICO DE MARÍA BLANCHARD

Nunca hubo un
lenguaje del abanico
mejor pintado

...el abanico evoluciona hacía arriba, hacia los lados,...hacia abajo...;se ve por el derecho, pero también por el revés y abriéndose y cerrándose:
es, casi, el pálpito de un agitado corazón...

Mujer con abanico. Detalle.
María Blanchard. 1916

No a todo el mundo le gusta el cubismo y en su derecho está cada uno, pero habremos de convenir en que tras la apariencia de un cuadro recortado en formas geométricas y, al parecer, recompuesto luego al azar, se halla esa otra parte misteriosa e invisible en donde el pintor ha escondido su secreto

(En este post, que ya puse en Facebook hace un tiempo -http://facebook.com/EstudioAnticuarioHom- trataba de explicarlo y por eso, aquí lo reproduzco)

El 13 de Septiembre de 2013, tuve la suerte de poder colaborar con mi humilde participación en el primer programa de la temporada de “La mitad invisible” en TV2, dedicado al cuadro "Mujer con abanico", de María Blanchard.

No voy a añadir nada porque si se visualiza el vídeo del programa, enseguida se podrá comprobar que todas las perspectivas están presentes en él. Solo puedo felicitar a Blanca Flaquer por su espléndido y original trabajo como directora de este programa de arte (que se ocupa de mostrar lo, a simple vista, que no se puede ver de cada obra) y a Juan Carlos Ortega, que con su personalísima y entregada forma de presentarlo nos mete de cabeza en los entresijos de las obras de arte y de sus autores y circunstancias.

Muchos años van ya restaurando, expertizando y viviendo entre abanicos antiguos,... pero también entre textiles, vidrios, esculturas, pinturas...y la costumbre me lleva de manera inconsciente a mirar más allá de lo que se me muestra a simple vista, es decir, a detectar esa otra "mitad invisible", por eso tengo que decir que mi relación con la Mujer con Abanico de María Blanchard viene de más atrás. Algunas de mis observaciones, y el intercambio de comentarios a que dieron lugar a espaldas de la cámara, evidentemente no iban a insertarse en el programa, porque las que debían escucharse eran las, mucho más fundamentadas, de los expertos especializados en María Blanchard, que para eso habían sido convocados, y mi función era la de mostrar algunos abanicos y hacer algunos comentarios que sirvieran de adorno y divertimento, por así decirlo, así que...

aprovecho ahora para compartir con vosotros mi visión del cuadro:

María Blanchard

En el anterior Junio de 2013 había pasado yo mucho tiempo contemplando la magnífica exposición que el Museo Reina Sofía dedicó a María Blanchard y este cuadro me llamó especialmente la atención, por lo que lo observé de manera más detenida que al resto. Era de la misma época (más o menos 1914) que el de La Comulgante (que, por cierto, también lleva un abanico colgando del cinturón; ahí os pongo más fotos que hice en su momento) y la esquematización y el sintetismo de la pintura todavía no son exagerados, por lo que se perciben casi con facilidad hasta los gestos. Pues bien, si miramos la foto, veremos a un personaje femenino que porta en su mano izquierda un abanico, y a su derecha, diciéndole algo desde atrás de su pequeña cara sonrojada,

acechando, ¿cortejando tal vez?, casi acosando diría yo (pues lanza su lengua negra y curva y la rodea y casi atrapa con sus largos brazos), una más grande, blanquecina y casi fantasmal, que posiblemente representa a un personaje masculino;

El abanico es amarillo, sí, pero al voltearlo
con ímpetu y nerviosismo

...evoluciona hacía arriba, hacia los lados,...hacia abajo...;se ve por el derecho, pero también por el revés y abriéndose y cerrándose: es, casi el pálpito agitado del corazón,....